jueves, mayo 04, 2006

Testimonio - Melissa Diaz :: Zona 3


El 15 de enero del presente año se inició oficialmente el Plan MIL. Realmente esta misión se me hizo fácil en un principio, pues la rutina militar no me afecto en sí, aún el evangelizar, los grupos de oración y todo aquello que significa el Plan MIL en cuanto a objetivos. Sin embargo, en el transcurrir del tiempo comencé a comprender el propósito de Dios en mi vida, empecé a entender cuál era la verdadera lucha, entrega y desafío al que me enfrentaba dentro de la misión, la cual es netamente espiritual, pues por encima de todo está mi relación con Dios. Por encima de la rutina militar, por encima de mi zona de trabajo ministerial, está la formación de Cristo en mi vida, pero cuando yo no permito que Dios maneje y reine en mi vida, me encuentro sometida a cambios emocionales semejantes a una montaña rusa; sometida a altibajos constantes, y en ese momento en el cual me dejo llevar por pensamientos y me sumerjo, aún en la melancolía y me encierro en un callejón sin salida, luchando totalmente sola, en mis propias fuerzas. ¿Qué quiero decir con esto? Aproximadamente el 16 de marzo en medio de la confusión y las lagrimas decidí tomarme 4,200 mg de Ibuprofeno, pues me encontraba en una situación de mucha presión, la cual no supe cómo manejar y sobrellevar. Esto con el fin de renunciar ‘supuestamente’ a los diversos conflictos que tenía, pero realmente estaba renunciando y desechando el gran amor de Dios y su trato en mí. Sin embargo, gracias a Dios no pasó a mayores (físicamente hablando). Y a partir de ahí mi vida dio un giro de 180 grados pues pasé del simple hecho de saber que Dios me ama, a experimentar su amor, a dejarme amar por él, a dejarme moldear por él, dejar que él forme mi carácter.

Y básicamente este Plan MIL es parte de un proceso en el cual estoy, para saber, entender, experimentar, y apropiarme en todo momento del amor de Dios. Estoy aquí, aún, para ver el cambio en cada una de las áreas de mi vida y primordialmente a no darle tanta importancia a los problemas que realmente son triviales, a madurar, a no ser la que antes era, a ser lo que Dios me ha llamado a ser; sinceramente es duro y de verdad se vive Mateo 7:13-14, el cual describe el caminar con Dios como una puerta estrecha, la cual atravieso, que puede ser incómoda, que tal vez duela, pero que al final me lleva a la vida y derrama la bendición total de Dios sobre mí.

Ya para finalizar un versículo que Dios me regaló en medio de la recuperación fue Jeremías 31:3-4, “Jehová se me manifestó hace ya mucho tiempo, diciendo: ‘Con amor eterno te he amado; por eso, te prologué mi misericordia. Volveré a edificarte: serás reedificada, virgen de Israel. De nuevo serás adornada con tus panderos y saldrás en alegres danzas.’”

No hay comentarios.: