En 1978 la Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia realizó la MISA (Misión Sacrificial) para evangelizar masivamente a Colombia. En el 2009 la Cruzada continua con su cuarto año del PLAN MIL (Misión Local) para evangelizar masivamente a Bogotá. Para esta misión contamos con 30 jóvenes del territorio nacional.
jueves, junio 17, 2010
sábado, junio 12, 2010
La Importancia del Voto
La constitución política de Colombia establece en su artículo número 258: “El voto es un derecho y un deber ciudadano.”
¿Por qué debemos votar?
La primera razón es, porque votar es el libre ejercicio de un derecho y un deber. Es un derecho, porque la Constitución y la ley le otorgan al individuo la facultad de opinar libre y a conciencia, para elegir y ser elegido. Es un deber, porque es una responsabilidad cívica, la de cumplir con el futuro del país.
Una segunda razón es que si alguien no ha votado, porque la situación del país no le gusta, debe hacerlo para éste sea mejor y cambie. No se puede decir ni garantizar que si no se vota, el país seguirá igual. Si se quiere una transformación, hay que participar y votar por la alternativa que la persona cree le permite hacer ese cambio.
La tercera razón y es el no dejar que otros decidan por mí, si no voto. Es muy grave ver cómo el 30 por ciento de los colombianos deciden por el 100 por ciento. De manera que el 70 por ciento de los colombianos permite que una minoría decida por ellos.
Una cuarta razón por la cual la gente debe votar es que ese diagnóstico del punto anterior nos debe llevar a pensar, que si tenemos una idea o tesis sobre Colombia, la debemos promover, unirnos con familiares, amigos, vecinos, y hacer de esa idea la fuerza más grande para cambiar a Colombia. Esto hay que hacerlo pacíficamente. El medio pacífico que da mayor resultado es el voto. Las armas ya no son argumento en ninguna parte del mundo; tampoco lo es la violencia. De suerte que contra la violencia y la intolerancia existe una herramienta mucho mayor que el fusil, llamada el voto.
Hay una quinta razón de tipo ancestral que no podemos pasar por alto. El voto es un derecho que hoy tenemos. Pero para convertirse en derecho, nuestros antepasados tuvieron que derramar sangre. De manera que al no utilizarlo, estamos negando la historia de la reconstrucción de nuestro país, pisoteando la sangre de nuestros antepasados; ellos dieron sus vidas para que tuviéramos hoy el derecho al voto. Debemos recordar que, en la actualidad, hay países en el mundo donde todavía se lucha por el derecho democrático del voto. Sin lugar a dudas, el voto es el triunfo democrático más grande que han tenido muchos países, como por ejemplo, Sudáfrica. No votar es decir que el hecho histórico de nuestra libertad democrática sirvió para nada. No votar sería volver a la época de la colonización y negar el derecho que no ha dado la historia.
La sexta razón de tipo cívico-social es que como miembros de una comunidad, debemos reflexionar sobre la necesidad de participar en el desarrollo de ella de cualquier forma. Definitivamente, la forma más elemental y sencilla es la del voto. De esta manera, estamos demostrando nuestra participación en la más elemental de las formas en la comunidad, como una función inherente a nuestra condición de ciudadanos.
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Tomado, con permiso del autor, del libro "La Biblia en la Administración Pública" (2da edición).
© 2001 Jimmy Chamorro Cruz
¿Por qué debemos votar?
La primera razón es, porque votar es el libre ejercicio de un derecho y un deber. Es un derecho, porque la Constitución y la ley le otorgan al individuo la facultad de opinar libre y a conciencia, para elegir y ser elegido. Es un deber, porque es una responsabilidad cívica, la de cumplir con el futuro del país.
Una segunda razón es que si alguien no ha votado, porque la situación del país no le gusta, debe hacerlo para éste sea mejor y cambie. No se puede decir ni garantizar que si no se vota, el país seguirá igual. Si se quiere una transformación, hay que participar y votar por la alternativa que la persona cree le permite hacer ese cambio.
La tercera razón y es el no dejar que otros decidan por mí, si no voto. Es muy grave ver cómo el 30 por ciento de los colombianos deciden por el 100 por ciento. De manera que el 70 por ciento de los colombianos permite que una minoría decida por ellos.
Una cuarta razón por la cual la gente debe votar es que ese diagnóstico del punto anterior nos debe llevar a pensar, que si tenemos una idea o tesis sobre Colombia, la debemos promover, unirnos con familiares, amigos, vecinos, y hacer de esa idea la fuerza más grande para cambiar a Colombia. Esto hay que hacerlo pacíficamente. El medio pacífico que da mayor resultado es el voto. Las armas ya no son argumento en ninguna parte del mundo; tampoco lo es la violencia. De suerte que contra la violencia y la intolerancia existe una herramienta mucho mayor que el fusil, llamada el voto.
Hay una quinta razón de tipo ancestral que no podemos pasar por alto. El voto es un derecho que hoy tenemos. Pero para convertirse en derecho, nuestros antepasados tuvieron que derramar sangre. De manera que al no utilizarlo, estamos negando la historia de la reconstrucción de nuestro país, pisoteando la sangre de nuestros antepasados; ellos dieron sus vidas para que tuviéramos hoy el derecho al voto. Debemos recordar que, en la actualidad, hay países en el mundo donde todavía se lucha por el derecho democrático del voto. Sin lugar a dudas, el voto es el triunfo democrático más grande que han tenido muchos países, como por ejemplo, Sudáfrica. No votar es decir que el hecho histórico de nuestra libertad democrática sirvió para nada. No votar sería volver a la época de la colonización y negar el derecho que no ha dado la historia.
La sexta razón de tipo cívico-social es que como miembros de una comunidad, debemos reflexionar sobre la necesidad de participar en el desarrollo de ella de cualquier forma. Definitivamente, la forma más elemental y sencilla es la del voto. De esta manera, estamos demostrando nuestra participación en la más elemental de las formas en la comunidad, como una función inherente a nuestra condición de ciudadanos.
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Tomado, con permiso del autor, del libro "La Biblia en la Administración Pública" (2da edición).
© 2001 Jimmy Chamorro Cruz
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